A partir de la II República, el Palacio tuvo varios usos que fueron deteriorando su estado, tanto interior como exterior: fue sede de la Universidad Internacional de Verano, hospital, residencia temporal para los damnificados por el incendio de 1941… Desde este año fue propiedad, con la Península, de Don Juan, hijo de Alfonso XIII y Conde de Barcelona. En 1977 el Ayuntamiento adquirió por compra a su propietario este patrimonio, que desde entonces podemos disfrutar todos los ciudadanos. En 1995 culminó una brillante rehabilitación integral de los principales edificios de la Magdalena. En la actualidad el Palacio es sede de congresos y reuniones; durante el verano el Ayuntamiento lo cede a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo como centro de sus actividades. El Palacio presenta entre sus atractivos una interesante zona museística que puede visitarse y que ofrece una parte significativa del patrimonio regio en su relación con la ciudad de Santander.El Palacio de la Magdalena ha tenido una historia verdaderamente intensa, que viene a reflejar la situación social y política de España. Ocho décadas de ajetreada existencia, desde Residencia Real hasta propiedad municipal y sede de la Universidad Internacional, hicieron que fuera absolutamente indispensable su rehabilitación, finalizada en 1995. En la actualidad, el Palacio es un lugar que ofrece diferentes alternativas para acoger congresos y encuentros, además de conservar una zona museística que recrea el encanto de la antigua Residencia Real.
Presentado el concurso de proyectos arquitectónicos a finales de 1907, fueron finalmente ocho los presentados. Los Reyes los conocieron en San Sebastián, el 17 de septiembre de 1908. Estaban firmados por Eladio Laredo (tres proyectos), Valentín Ramón Lavín Casalís, Casimiro Pérez de la Riva, Emilio de la Torriente y, conjuntamente, Gonzalo Bringas Vega (1880-1943) y Javier González de Riancho (1881-1953). Otro de los proyectos era el de Ralph Selden Wornum (1881-1953), fechado el 25 de julio de ese año bajo el título de “Résidence Royale à Santander”. Wornum, discípulo de William Burges, había sido el autor de varias obras en Biarritz, San Juan de Luz y Gibraltar, antes de firmar dos proyectos íntimamente unidos a la Familia Real:la Real Casa de Campo de Miramar, en San Sebastián, para la Reina Regente María Cristina (1893), y la Casa de Campo de Los Hornillos en Las Fraguas (Cantabria) para el Duque de Santo Mauro (1904).
Por su parte, el proyecto de Bringas y Riancho, dos jóvenes montañeses que acababan de licenciarse en la Escuela de Arquitectura de Madrid, era más exuberante que el de Wornum. De hecho, lo llamaron desde el principio “Palacio Real”, encajando a la perfección con las pretensiones de los promotores municipales, que generosamente iban a donar a los reyes toda la Península de la Magdalena. En La Voz de Cantabria de 23 de septiembre de 1908 se describía así el proyecto ganador: “El estilo del palacio es inglés, realzado y adornado con salientes, balcones, azoteas y otras modificaciones del estilo puro que no permite el país inglés, pero que son perfectamente adaptables a nuestras tierras.
Residencia Real
La Magdalena fue residencia veraniega de Alfonso XIII en una época crucial para la historia contemporánea de España. Los años entre 1913 y 1930.El Palacio se amueblaba cada verano, de manera que la mayor parte del mobiliario no era estable. Muchas piezas se traían en primavera y con frecuencia cambiaban de ubicación. A pesar de su estilo señorial, el Palacio facilitaba el encuentro de los miembros de la Familia Real, mucho más que los palacios en los que habitaban el resto del año. Hacían una vida más en común, incluso teniendo en cuenta los compromisos públicos o privados del Rey.
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